24 de septiembre de 2011

DERROTADO



 Cuántas veces yo me alcé para gritar
Mas el corazón me frenó,
Y de nuevo resignándome a mi mal
Ante el embrujo de tu voz
Arrodillándome a tu amor.
 
Yo no acierto a comprender
Por qué razón,
Me enredaste en tu vida
Si después,
Cuando yo te di mi corazón
Te fuiste,
Negándome ese querer.
 
Yo quemé en tus amores lo mejor de mi ilusión
Y perdí la esperanza de llegar a reaccionar,
Ya sin fe, sin cariño, derrotado,
Hoy repaso con tristeza los momentos del pasado.
 
Sin saber por qué vuelve a mi memoria, ése, tu amor,
Sin poder arrancarte ni gritarte mi dolor,
Sé que estás en mi vida, tanto y tanto
Que te busco en mi quebranto, aliviando al corazón.

Letra : A. Bernárdez  (Antonio José Agustín Bernárdez) y José Demetrio Terragno
Música : Antonio María Arcieri
¡Que dulce y cuan triste a veces es estar derrotado por amor!...
Descubrir que antes de sentir este amor eramos nadie, que habíamos vivido sin vivir, que andábamos por las calles sin conocer en verdad el nombre de las cosas...sin ver que el mundo estaba anhelante de darnos la esencia de la vida...
Todo estaba vacío y no nos pertenecía antes de enredarnos en la trama del amor, conocíamos de lugares y momentos, de caminos, de silencios y de risas sin saber como saben en su todo si se comparten, y como pierden su sabor cuando es la ausencia la que llena los rincones.
¡Cuanta miel derramada al saberse derrotado por unos brazos y unos besos!
Que bonito rendirse al calor de unos abrazos, a la ternura de una mirada siguiendo los andares en la cocina, a la embriaguez de una mirada que espía desnudez en la penumbra...es hermoso ser vencido en el amor, entregar las armas ante el influjo de una piel que arde en llamas con solo pensar un nombre...
¡ Mas cuanto dolor en el alma cuando el abandono le hace un hueco al día y se instala en las noches estirando las horas de la espera!
La nostalgia nos habita y nos aprieta la garganta envolviendo gargantillas de tristezas!
Cuando la partida se hace larga y atormenta y se desea la voz del bien amado en el silencio, la vida entera entregaríamos solo por sentir el embrujo de un susurro diciéndonos de amores y regresos...
Y así estamos desterrados de las cosas, caídos en batalla, doloridos, carentes de caricias y de vida; con ansías de amar y empeñados en pensar en que antes de amar eramos nadie y que vale el dolor si hemos vivido la pasión de conocernos, recorrernos, habitarnos, adorándonos cada segundo, sabiendo que antes de amar no conocíamos el verdadero sentido de la vida.
Recostados esperamos el retorno de una voz, de un abrazo, de un calor, que nos vuelva la savia y nos reavive la llama del amor que consumia y daba vida..

1 comentario:

  1. El tango se añade al corazón. Excelente blog, por cierto. Volveré seguido, ten la seguridad.
    Un abrazo.
    Jorge.

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