28 de noviembre de 2011

Rufiniando..

Roberto Rufino
(6 de enero de 1922  -  24 de febrero de 1999) – Cantor, Compositor. - Apodo: El Pibe del Abasto
CASCABELITO
(1924)


Entre la loca alegría
Volvamos a darnos cita,
Misteriosa mascarita
De aquel loco carnaval.
Dónde estás Cascabelito
Mascarita pizpireta,
Tan bonita y tan coqueta
Con tu risa de cristal.

Cascabel, Cascabelito,
Ríe, ríe y no llores,
Que tu risa juvenil
Tenga perfume de tus amores.
Cascabel, Cascabelito
Ríe y no tengas cuidado,
Que aunque no estoy a tu lado
Te llevo en mi corazón.

Mascarita misteriosa
Por tener mi alma suspensa,
Me ofreciste en recompensa
Tu boca como un clavel.
Y cuando nos despedimos
Llenos de dulce embeleso,
El ruido de nuestro beso
Lo apagó tu cascabel.

Letra : Juan Andrés Caruso
Música : José Böhr

 Nació un seis de enero de 1922, en Agüero 753. Hijo de Lorenzo Rufino y Agustina Gurin. 
    Debutó como cantor a los quince años de edad en la Orquesta de Antonio Bonavena. El padre de Rufino era devoto de Carlos Gardel, y solía sentarse con la guitarra, cantando los tangos gardelianos. Un ataque cardíaco puso fin a su vida a los 43 años. 
 Con sus pantalones cortos se atrevió, estando en la secundaria –Colegio Nacional Nº 6 "Manuel Belgrano", en Ecuador 1158– a cantar "a capella" en un sótano de su Abasto. Podría considerarse como su debut en público, aunque sólo recordaba haber cantado algunos tangos.
   El secundario se interrumpe en segundo año, y Roberto Rufino decide, a los catorce años, ser cantor. 


 Se suceden para Rufino las orquestas de Camilo Florentino Tarantini, alias "El Cieguito"; José Felipetti, y Francisco de Rosé, junto a Anselmo Aieta.
   Era un maratón, ya que se desarrollaba en el "Parque Goal" desde media mañana, participando con cuanta orquesta pasaba por el palco y hasta la una de la madrugada siguiente.
   Roberto lo recuerda así: "Una de las chicas del "Petit Salón", que se llamaba Margarita, le contó al pianista y director Carlos Di Sarli que un pibe maravilloso le cantaba el tango "Milonguero viejo". "Y el pianista con su representante Carlos Garay fue a buscarme al café "Nacional" y me propuso ir a su orquesta".
   "Esa misma tarde el maestro lo llevó hasta el bajo, al cabaret donde actuaba, y le propuso probarlo con el piano. Le preguntó: "¿Qué querés cantar?", a lo que Rufino le respondió displicentemente: "y... Alma de Bohemio". Di Sarli le contestó: "Mirá que es muy difícil..." Rufino no le respondió, y se encogió de hombros, por lo que el maestro interpretó el gesto como de aprobación y poniendo sus manos sobre el teclado arrancó con las primeras notas. Cuando el jovencito hizo la primera parte y el "cantaaaaaaar" sostenido, de la primera frase, para el maestro fue algo muy fuerte, y bajando la tapa del piano, emocionado, lo abrazó muy fuerte. En ese momento nació una relación afectiva en la que el maestro pasó a ser el padre que Roberto no tenía . Esa amistad de respeto mutuo duró hasta el 12 de enero de 1960, fecha en la que el maestro falleció.".
   Se lograron las autorizaciones pertinentes, que firmó su madre Agustina, y Roberto pudo debutar en el cabaret "Moulín Rouge" y en la emisora LR1 Radio El Mundo.
   "En la noche del debut con la orquesta de Carlos Di Sarli, cuenta Rufino que el maestro, dirigiéndose al público, les anunció a los presentes que exhibiría a su nuevo cantor en reemplazo de Agustín Volpe, que se iba de la orquesta. Les dijo que tendrían que juzgar si había hecho una buena elección, y que se daría cuenta por los aplausos (o no) que recibiera el debutante. El tema a interpretar sería Alma de Bohemio. A continuación apareció el chiquilín desde detrás del piano. Cuando el joven Rufino terminó su interpretación, la respuesta del público fue impresionante: aplaudían al joven cantor de pie, mientras pedían: "¡Otra, otra!". El maestro desde el piano esbozó una sonrisa de aprobación; comprobó que no se había equivocado. Había nacido para el tango una nueva estrella en el firmamento porteño."

ALMA DE BOHEMIO


Peregrino y soñador
Cantar...
Quiero, mi fantasía,
Y la loca poesía
Que hay en mi corazón.
Lleno de amor y de alegría
Volcaré mi pasión.

Siempre sentí
La dulce emoción
De estar viviendo
Mi pasión...
Si es que yo vivo lo que sueño
Yo sueño todo lo que canto
Por eso mi encanto
Es el amor.
Mi pobre alma de bohemio
Quiere acariciar
Y como una flor
Perfumar...

Y en mis noches de dolor
A hablar...
Me voy con las estrellas
Y las cosas más bellas
Despierto sé soñar,
Porque les confío a ellas
Toda mi sed de amar.

Siempre sentí 
La dulce emoción
De estar viviendo
Mi pasión...
Yo busco en los ojos celestes
Y renegridas cabelleras
Pasiones sinceras,
Dulce emoción.
Y en mi pobre vida errante
Llena de ilusión
Dar todo
Mi corazón.

Letra : Juan Andrés Caruso
Música : Roberto Firpo
 Aprovechando el maestro Di Sarli que se iba el cantor Ignacio Murillo de su orquesta, aprovechó para contratarlo, pero lamentablemente como el pibe tenía pantalones cortos tuvo que sacarlo tapado con un sobretodo por la puerta de atrás del local debido a que la policía venía a inspeccionar el lugar.
Al otro día, el director lo llevó a una conocida sastrería céntrica de Buenos Aires y le compró su primer traje de pantalón largo. 
    Grabó por primera vez en esta agrupación, el tango “Corazón”, el día 11 de diciembre de 1939.  Dejó en esta orquesta, cuarenta y seis páginas. Entretanto tuvo dos paréntesis, con las orquestas de Alfredo Fanuele (1941) y Emilio Orlando (1942), para retornar con Di Sarli el 5 de marzo de 1943, grabando “Como se hace un tango” y “Cornetín”.
 Rufino compositor 
   Sus composiciones, algunas en colaboración con Manuel Barros, Ángel Cabral, Miguel Caló, Alberto Capparelli, Alberto Caroprese, Roberto Cassinelli, Alberto Chidichimo, Cholo Hernández, Enrique Lary, Héctor Marcó, Alberto Martínez, Marvil (Martínez Vilas), Julio Navarrine, S.Pribula, Sara Reiner, Alejandro Romay, Carlos Russo, Roberto Salcedo, Horacio Sanguinetti (Basterra), Reynado Yiso y Guido Zecca, casi redondean los ochenta títulos.
   Vamos a nombrar algunos: "Muchachos, arranquemos para el centro", "Eras como la flor", "¡Cómo nos cambia la vida!", "¡Calla!", "Destino de flor", "Dejame vivir mi vida", "La novia del suburbio", "Soñemos", "Tabaco rubio", "El clavelito", "No hablen mal de las mujeres", "Los largos del pibe", "En el lago azul", "Carpeta", "La calle del pecado", "Julián Tango", "Manos adoradas", "Por qué te sigo queriendo", "¡Qué quieren… yo soy así!", "Lita", "Boliche", y tantos más. 

El pibe Rufino



El pibe probaba un tango,
y el maestro director
lo abrazó: "Ponete largos
–le dijo–, sos mi cantor"
Creció andando escenarios
su voz temperamental,
con la tibieza del barrio
y con su entrega total.
En su alma de bohemio
el compositor cantor
fue su figura y su genio
dramatizando el dolor.
Arder en su propio leño
fue su destino de flor.

                                   Tino Diez


VERDEMAR



VERDEMAR



Verdemar, Verdemar...
Se llenaron de silencio tus pupilas,
Te perdí, Verdemar...
Tus manos amarillas, tus labios sin color
Y el frío de la noche sobre tu corazón...
Faltas tú, ya no estás
¡Se apagaron tus pupilas, Verdemar...!

Te encontré sin pensarlo y alegré mis días
Olvidando la angustia de las horas mías,
Pero luego la vida se ensañó contigo
Y en tus labios mis besos se morían de frío...
Y ahora ¿Qué rumbo tomaré?
Caminos sin aurora me pierden otra vez...

Volverás, volverás...
Es el alma que presiente tu retorno,
Llegarás, llegarás...
Por un camino blanco tu espíritu vendrá,
Buscando mi cansancio y aquí me encontrarás...
Faltas tú, ya no estás
¡Se apagaron tus pupilas, Verdemar...!

Letra : José María Contursi
Música : Carlos Di Sarli

Grabado por la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Roberto Rufino.




Y PUDO SER AMOR (QUISO SER AMOR)

Fuiste tú el primer amor
Que iluminó mi vivir,
Fuiste tú la inspiración
De mi existencia feliz,
Pero la vida, quebró el encanto
Y nuestra dicha desvaneció.

Pudo ser amor
Y no fue nada.
Pudo ser amor
Y me engañé.
Sólo
Incomprensión e indiferencia,
De tu alma
Que no calma mi dolor.
Pudo ser amor
Y me engañé,
Sólo
Mi pasión desesperada,
Que se arrastra atormentada
Por un mundo de dolor.

Cuando más lejos estés
Más cerca estaré de ti,
Cuando más lejos te halles
Más cerca estarás de mí.
Porque en mi vida
Dejó tu herida,
Las cicatrices
De una pasión.

Letra : Alberto Luis Capparelli
Música : Roberto Rufino y Guido Herminio Zecca




CANCIÓN PARA UN BREVE FINAL
¡Mátame!, Si es preciso que muera.
¡Mátame!, Moriré de una vez,
Más grave es este paso de vidrio por las venas
Más duele que el zarpazo, la risa de la hiena.
¡Basta!, ¡Mátame!, Si apuras el final
Se muere de una vez, luego, nada más.
 
Cuando me besas, sabes, se me alegra el día,
Cuando me besas, vuelvo a consentirte mía,
Mía, siempre mía y siempre en vano
Como el fuego en una chispa,
Mía, siempre mía hasta el arcano
De tu mano, que se crispa después.
 
El golpe de revés, mi orgullo entre tus pies
Y el tiempo del más fuerte,
Que es ahogarme y comprender
Que vivo para toda muerte.
Porque me besas, sabes, cuanto más preciso
Y yo preciso más, cuando te beso más.
 
¡Para qué!, Si yo sé que es inútil.
¡Para qué!, No acabar de una vez,
Más hondo me castiga, tu no que un sí sencillo,
Molesta más la ortiga, que el filo del cuchillo.
¡Basta!, ¡Mátame!, Si apuras el final
Se muere de una vez, luego, nada más.
 
Coda:
Porque me besas, sabes, cuanto más preciso
Y yo preciso más, cuando te beso más...


Letra : Homero Expósito  (Homero Aldo Expósito)
Música : Armando Pontier  (Armando Francisco Punturero)

Grabado por la orquesta Francini – Pontier con la voz de Roberto Rufino.



Sus últimos años fueron de incansable actividad; daba la sensación de ser eterno. Pero los años no transcurren en vano, y sus presentaciones finales resultaban ya patéticas, con un público que seguía siéndole fiel y hasta llegaba a soplarle cariñosamente las letras cuando las olvidaba, en un inútil esfuerzo de ver en él al cantor que había sido.
Por otra parte, cada vez que pisaba un escenario parecía imposible poder bajarlo de él; era como si quisiera aferrarse para siempre al espectáculo y a la presencia de su hinchada. Con todo, en 1997 se hizo justicia: fue declarado "ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", y en 1998, "ciudadano ilustre de la cultura nacional". Era la culminación de su trayectoria; una culminación, sin duda alguna, merecida.
El 24 de febrero de 1999, su corazón dejó de latir en la sala de terapia intensiva de la Fundación Favaloro. El 25 por la mañana, el pueblo despidió sus restos en el Cementerio de la Chacarita, entonando un tango...

LLEVO TU MISTERIO
Llevo tu misterio
Caminando madrugadas,
Siento aquel hechizo
De gotán y de barriada.
Sos, mi Buenos Aires
Con tus noches más intensas,
Un recuerdo bueno
Y un dolor.
 
Yo soy aquel purrete gris
El chiquilín que te soñó,
Desde un tranvía que cruzó tu corazón.
Vivo tus recuerdos
Por las calles de San Telmo,
Vuelvo de repente a los días de potrero.
Llevo tu misterio de ginebra y Riachuelo,
Hablo con tu voz de bandoneón.
 
¡Ah...! Mi Buenos Aires
De los barrios del centro,
Hay que estar distante
Para amarte bien adentro.
Llevo tu misterio
De baldíos y rascacielos,
Llevo entre mis labios
Tu canción.


Letra : Rubén Garello  (Rubén Néstor Garello)
Música : Raúl Garello  (Raúl Miguel Garello)

Grabado por Roberto Rufino con el acompañamiento de la orquesta Baffa – Berlingieri.




 Roberto Rufino era puro corazón, y su bondad la había aprendido de su maestro, el Gordo Pichuco, que era mano abierta con todos y tenía un corazón de oro. Seres queribles, como hoy es raro encontrar. Eran otros tiempos: la amistad, la palabra, era cosa de grandes; dos rasgos que hoy están ausentes."

(Informacion tomada desde varios sitios de  la web como Todotango, Terapia tanguera, Tango radio y mas historias, etc )



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