27 de julio de 2011

volviendo

   Madrugada de un día cualquiera, 4 y 35 minutos marca el costoso reloj pulsera,  el ómnibus entra en la terminal y se acomoda en el espacio marcado...se levanta de su butaca algo adormilado todavía, busca su mochila y desciende.¿Cuántos años hace que no viene aquí? ya perdió la cuenta, lo único que si sabe es que quería venir. La brisa de la noche le acaricia la cara y un perfume húmedo  y vegetal le penetra los sentidos, respira profundo y esa fragancia se compone de lugares y sonidos. Cruza el ancho anden hasta las puertas vidriadas en busca de algún automóvil que lo lleve a un hotel, a su alrededor rostros desconocidos lo observan pasar, una nueva puerta lo deja afuera nuevamente , mira los taxis y repentinamente decide caminar ... será interesante recorrer aquellas calles viejas conocidas suyas otra vez.
    Con paso resuelto se dirige hacia la oscuridad en busca de lo conocido y a la vez tan desconocido. Muy pronto se terminan las calles de cemento y sus pies crujen sobre la piedra del suelo, es otro mundo este, es de nuevo el tiempo dejado atrás aquel día de Diciembre cuando decidió salir a buscar su destino, es  ese tiempo en que no sabia que se tardaría tanto en regresar.Lejos han quedado la ciudad y sus ruidosos misterios, distante en tiempo y espacio parecen estar cada una de las cosas que hasta hace solo unas horas eran sus preocupaciones y su vida. El reloj se ha detenido y a retornado sus horas, una sensación extraña le hace latir el corazón acelerado en el pecho.¿Qué fue lo que paso para que de golpe un día las ganas  le apuraran  por dentro?
   La noche sin luna no muestra los cambios  que quizás ocurrieron, todo parece estar tal cual como fue dejado hace ya tanto...tal vez por el horario es que casi no ha cruzado ningún vehículo, carraspea y se sorprende del sonido emitido ...a lo lejos ladra un perro, ve cruzar un hombre en bicicleta por debajo de la luz de la esquina siguiente, en las casas ya se comienza ver alguna luz encendida, tan metido esta en sus pensamientos que no tiene en cuenta la distancia caminada y el tiempo que lleva haciéndolo.  Al final de la calle ya se ve cambiar de tonalidades el cielo, es el final del verano y hay hojas caídas en el suelo.
   Aquí la vieja panadería ¿ Seguirá viviendo Don Juan? ¡Que ricas facturas que hacía!, mas allá la ferretería de Don José, se le vienen encima los recuerdos,... su padre mandandole a comprar esa llave con ese número que no pudo recordar entonces y menos ahora, la hija de Don José que se reía de su ignorancia con respecto a las herramientas, Pedrito que gustaba de mirar las piernas y algo mas de esa chica y de como inventaba  compras de artículos que estuvieran lo mas alto posible para verla desde abajo cuando subía las escaleras en busca del pedido. Al otro lado de la calle ahí donde falta un pedazo del cordón de la vereda por haberlo llevado por delante aprendiendo a manejar la camioneta del gallego de la chacra, esta el barcito en que se declaro enamorado por primera vez y en cuyas mesas durmió la borrachera del primer desengaño, y el jardín de Doña María victima de las visitas nocturnas de todos los muchachos, en donde se encontraba segurisimo una rosa, una flor para regalarle a la elegida de turno, y la vuelta de la cuadra ...¡la pileta! la pileta del señor Castía que se ufanaba por ser el único del pueblo que tenia ese lujo...¡cuántos chapuzones con toda la barra  cuando el orgulloso dueño se ausentaba algún fin de semana!...y las vueltas en bicicleta y los interminables partidos en el potrerito y las escapadas del colegio los días en que la profe tomaba lección escrita de historia y la complicidad de todos callando el nombre del que había roto el vidrio de la tiendita de un piedrazo...
   Camina sin pensar y sus pasos  lo llevan sin rumbo por aquellas veredas del barrio y así sin darse cuenta donde va se detiene sorprendido frente a una casa de rejas estilo colonial, y se ve niño y la voz de su madre lo llama desde la cocina para almorzar porque ya llego su padre, y escucha sus hermanos gritar y entrar corriendo una carrera a quien sera el  primero en el baño; revive el abrazo de mami y el cálido beso en el pelo mientras rezonga por la forma en que traen la ropa llena de polvo y de juegos...¡Su casa, su casa paterna! ¿Cómo llegó hasta allí ?  Fue su vida y su pasado que lo trajeron, fue la  nostalgia y las ansias que lo empujaron a hacer este viaje, necesitaba respirar la geografía de su barrio, acariciar paredes, absorver con los poros la tierra de sus calles, renacer al presente totalmente empapado de los buenos recuerdos, al estarse quieto parado allí frente a esa casita, renovando orígenes , bebiendo principios, entiende por fin quien es y porque su presente es lo que es...suspira profundo, levanta la cabeza , da media vuelta y ahora si se dirige en busca de un hotel.

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